viernes, 28 de enero de 2011

Mi Platero y yo y yo XVI

CAPÍTULO XVI: El LUCERO DEL ALBA

Mi Platero y yo y yo acompañados por la llama de una vela. Los grillos del bosque han empezado a narrar historias de sus ancestros. Las higueras bailan al ritmo del viento.
Me pregunto si Platerón recuerda algo de su vida como árbol. Yo se lo pregunto, pero él se hace el loco, yo creo que el pobrecillo no quiere rememorar esos tiempos, porque si lo hiciera, la añoranza de otros seres, de otro mundo, lo sumiría en el abatimiento.

-El destino te llevará al origen. Todo avanza para retornar más rápido a la raíz, parecía decir una florecilla el otro día, creo, pero no me hagas mucho caso, Platerillo, puede que estuviera soñando.

Mi Platero y yo y yo respirando el aroma de la nocturnidad, sintiendo un bálsamo de miradas en contemplación...
-¿Lo hueles, Platero? ¿Hueles el silencio del carnaval?

Escucho a mi Platero y yo hablar del alba, escucho cómo “Platero rebuzna de nuevo”.
-¡Qué bien se está, Platerillo, a la orilla de un rebuzno tuyo!

Tú y yo rebuznamos distinto, Platerete, pero con una misma voz. Yo no sé cuánto ha de durar esta alianza nuestra, pero ten por seguro, Platerillo, que mientras perdura este círculo nuestro, éste se expande hacia el infinito y se encoge hasta el germen, como la respiración del mar.

El lucero del alba nos saluda...

-Cuéntame otra vez el cuento de tu universo, Platerillo, recuérdame cómo llegaste a este mundo. ¿Es verdad que todos los Platero y yo soñáis con la Fuente vieja?

No hay comentarios:

Publicar un comentario