viernes, 9 de agosto de 2013

Microrrelato



Abandono la sombra.
Soy minúsculo como una semilla, nebuloso como una idea indefinida. Poco a poco voy gestándome, hilvanándome, convirtiéndome en mí mismo. Noto el latido de mi diminuto y frágil corazón, siento el magnetismo vital de mis pequeños miembros mientras van modelándose. ¿Obedecen el mandato de un ente superior? Ya tengo la mitad de mi cuerpo materializado, la otra mitad empieza a componerse, desprendiéndose de la negra nada, afianzando mi existencia. El hálito de la creación insufla una última bocanada de vida, necesaria para que respire por mí mismo. La eclosión se halla cerca, muy cerca. Y aquí estoy.

La importancia de nirvanizarse

Un joven extranjero paseaba por la blanca arena de una playa española, bajo
un sol justiciero, cuando dos muchachitas, repantigadas en sendas toallas,
llamaron su atención. Las jóvenes le habían dirigido tal derroche de sonrisas, a
cual de ellas mas irresistible, que no pudo evitar acercarse.
¿Hola? ─saludo.
Hola ─respondieron ellas al unisono rebosando simpatía.
¿Hablas español? ─pregunto una de ellas, con melena morena y ojos
aguamarina.
─“Unos poquitos” ─respondió el incauto, sentándose junto a ellas.
.De donde eres?
England. “.Y tu de donde ser?”
Yo soy de Venus, estrella de la tarde ─dijo la morena.
Yo soy de Eridanus, cerca de Taurus ─imito la otra, de cabello castaño con atigrados y
despiertos ojos marrones.
─“No conocer esos pueblos aún” ─lamentó─. “Llevar en España un poquito”.
Las dos chicas prorrumpieron en carcajadas.
─“¿Vosotros reír de mi spanish, verdad?” ─preguntó, riéndose a su vez─. “Me
da vergonza”.
Que no te de vergüenza, tonto. Ademas, no nos reíamos de tu español, lo
hablas muy requetebién ─aseguro la de mirada atigrada.
¡Oh! “Muchos gracias”. “¿Como llamar vosotros?”
Yo me llamo Luna Mágica, pero puedes llamarme Lu ─dijo la poseedora de los
ojos aguamarina.
Yo soy Resplandor Matutino, pero llámame Re ─contestó la otra muchachita.
Oh, “que nombres muy raros”.
Son nuestros nombres de alma ─respondió Luna Mágica─. Si quieres te
podemos buscar el tuyo ─se ofreció, solicita.
─“Yo no tener de eso”.
¡Qué tonto, todo el mundo lo tiene! No te preocupes. Ahora mismo me
sumerjo en tus ojos y te lo digo.
Oh, “esta bueno” ─accedió el ingles.
Luna Mágica se acerco nariz con nariz al pobre extranjero y estuvo sus seis
minutos de reloj mirándole a los ojos.
Ya está, te lo he encontrado. Tu nombre es Flecha Encorvada ─anunció
exultante.
─“¿Que significar encorvada?”
No lo sabemos ─respondió Resplandor Matutino sorprendida por la
pregunta─. Puede significar muchas cosas. El universo de los demás es super
impenetrable. Tendrás que descubrirlo tu. Pero dinos, Flecha, ¿qué te parece
España?
Incredible. Muy sensual ─definió.
¿Cómo? No, no, no. De ninguna manera. Los españoles ya no somos así, ya
hemos superado esa etapa. Ahora estamos toditos todos conectados con
nuestro yo interior. España ha iniciado su camino hacia el nirvana, pronto
tendrá ya su karma liberado y todos sus chakras armonizados.
─“Yo no entender” ─reconoció el chaval.
¡Qué tonto! Pues si es muy fácil… Significa que nos hemos divinizado,
vamos. Que ahora nos preocupamos por si los chakras giran correctamente y
procuramos darle una patada en el culo al karma varias veces al día ─soltó
Resplandor.
Si ─corroboro Luna─. Y también por meditar trascendentalmente. Es super
importante nirvanizarse ─añadió.
─“¿Y como hacer vosotros todo eso?”
Bueno… Nos ayuda nuestro gurú ─reconoció Resplandor.
¡Wow! “Vosotros tener gurú” ─exclamó asombrado─. “¿Como llamar gurú?”
Halcón Garra Penetrante ─respondieron ambas muy orgullosas.
Oh, “es nombre muy bonito. Gustar mas que mio”.
No, no ─le censuró Luna Mágica─. Eso no lo puedes decir, porque el universo
entenderá que no te amas y entonces no te amara el. El universo es un espejo
que refleja tu mundo.
─ “Yo entender nada”.
¡Ah! Nosotras también. Comprender la nada es esencial para tener los
chakras armonizados ─apuntó Resplandor.
Re, creo que Fle se refería a que no ha entendido nada de lo que le he dicho
del universo ─tradujo Luna a Resplandor.
Sí ─corroboró Flecha Encorvada, un poco mareado ya.
¡Qué tonto! ─exclamó Resplandor soltando unas risitas─. Si es muy fácil, Fle,
solo tienes que cuidar tu chi.
Ah, “ya comprender” ─dijo él sin comprender nada─. Y “¿que estar haciendo
aquí?” ─cambio de tema, evitando un posible derrame cerebral fulminante.
Oh, estamos esperando a Halcón Garra Penetrante ─respondió Luna Mágica.
¡Wow! “¿Venir el?”
No, vamos nosotras en su busca. Nos ha dicho que esperemos la señal.
¿Qué señal?
Cuando la gaviota cruce la tercera nube del atardecer nos sumergiremos en
el mar y bucearemos hasta encontrarnos con un pez verde y amarillo, que nos
guiara hasta la cueva de los cristales sumergidos.
¿Whaaaaat? “¿Y donde estar sus cylinders de oxigeno?” ─les preguntó
contrariado.
No las necesitamos ─respondió Resplandor, muy tranquila─. Halcón Garra
Penetrante nos dijo que antes de sumergirnos invocáramos a la diosa oceánica
para que ella nos insuflara el oxigeno.
No, no, “no poder ser, no poder hacer eso”.
Por supuesto que podemos. Mira ─señaló hacia el cielo─, ahí esta la señal,
ya viene la gaviota. ¿La ves, Lu?
Sí, esta a punto de atravesar la tercera nube ─respondió esta,
emocionadísima.
─“Yo ver nada” ─dijo Flecha, recorriendo todo el cielo con la mirada.
Claro, Halcón Garra Penetrante nos dijo que solo la veríamos nosotras.
Vamos Lu ─dijo Resplandor, levantándose y agarrando de la mano a su amiga.
No, no, no, oh fucking God. “¡No meter vosotros en el agua!” “!No meter
vosotros en el agua!” ─chilló como loco el inglés.
Sin embargo, para colmo de su estupefacción, las vio correr hacia el mar
agarradas de la mano sin que hicieran el menor caso a sus gritos. Al
contemplar como se sumergían se llevó las manos a la cabeza, no podía
pensar debido a tan rocambolesca situación. Pasados unos segundos, nuestro
héroe reaccionó y buscó su móvil con manos temblorosas para llamar a
emergencias. Pero sus dedos parecían resueltos a ejecutar al completo el baile
de San Vito.
¡Holy fucking God! ─estalló, tras caérsele el móvil a la arena.
Una vez hubo recogido el teléfono, lo agarró con fuerza y ya se disponía a
marcar cuando vio salir dos cabezas a la superficie.
¡Flecha Encorvada! ─chilló, risueña, Luna Mágica─ ¡Era una broma!
¡Pobrecito! Se lo ha creído ─exclamó, muerta de risa, Resplandor─ ¡No te
enfades, Fle! ¡Tienes que nirvanizarte! ¡Haz el Om con nosotras! Om, om, om
recitó muy seria, poniendo los brazos en posición meditativa.
¡Eso, eso! ─dijo entusiasmada Luna Mágica, imitando la posición de su
amiga─. ¡No te vayas, Fle! ¿No quieres hacer el tantra con nosotras?
¡Bitches! ¡Mad girls! ─aulló él como respuesta, con la cara descompuesta
aún─ ¡Spanish bastards! ─se le oyó decir mientras se alejaba, dando patadas
en la nívea arena.