viernes, 28 de enero de 2011

Mi Platero y yo y yo VIII

CAPÍTULO VIII: EL POZO CELESTE

Gotas de amor y flores de bendiciones llueven sobre tu portada, Platerillo mío.

No te mires en el espejo del pozo, Platerete, ahí no hay más que ilusión y mentira. El único pozo en el que se refleja tu imagen real es en tu pozo celeste, Platerillo mío. Levanta tu mirada al pozo celeste. No tengas miedo, Platerucho, si al principio lo ves muy oscuro y no logras encontrarte, recuerda que para encontrar el equilibrio hay que balancearse. Tú continúa mirando al celeste, Platerillo, que en el fondo del pozo celeste todo es apropiado, una sincrónica perfección siempre se está reflejando, aunque tú no la veas. Si te miras siempre en el espejo del pozo, Platerillo mío, la imagen se irá deformando más y más, y te olvidarás de cuál es tu verdadera forma. Tú, en realidad, no eres un libro, Platerillo mío. Que no se te olvide, eres energía en movimiento, eso es lo que eres. Nunca dejes que nadie te convenza de lo contrario, no dejes que te manipulen, Platerete, diciéndote que no eres mas que un insignificante libro. Pregúntale a la vida, Platerete, te dirá lo mismo que yo a través de los elementos.

Una sóla energía nos une a todos, Platerillo, a todas las piedras, flores, astros, hombres, animales, libros, árboles, universos... Yo no puedo ni quiero explicarlo de otra manera, Platerillo mío. Amalgama, Platerete, ésa es la palabra, una amalgama invisible e indestructible nos une a todos.


Adéntrate en tu pozo celeste. No es verdad lo que dicen, Platerillo mío, eso de que profundizar en tu celeste no conduce a nada, que no lleva a ningún sitio. Mentira, Platerillo mío, grábalo en tus entrañas, ésa es la peor mentira que hay, la mentira más asquerosa que seguro te contarán. Pregúntale a la vida, Platerillo mío, pregúntale si en el reposo de la semilla es verdad que nada pasa.

Cuando no pasa nada se planea todo, Platerillo mío. Que no se te olvide.

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