martes, 8 de febrero de 2011

Vendarte

Vendarte. Sólo quieren vendarte, esquivarte.
Porque así es más fácil venderte, comprarte, en este mercadeo del arte.
Sólo quieren crearte tu arte con sus imágenes y semejanzas, de eso se alimenta este sucio negocio de las ideas, de eso vive esta prostitución de la creatividad.
El arte es avance, movimiento, progreso. No debiera estar en venta el progreso, no debería ponérsele una venda al avance.
Se sabe de un círculo formado por aquellos que definen qué es arte, un círculo rebosante de putrefacción y blasfemias con un único propósito: macular las creaciones artísticas que no les satisfacen. No viven el arte, sino que lo llenan con sus críticas y calificaciones. Son elitistas del arte, marchantes de sentimientos.


Arte es impronta, revelación, testimonio, muecas que nos hace el alma y que hay que plasmarlas si no queremos estar sordos de nuestros sonidos.
Arte es balancearte en la hamaca de tus alados sentidos, extasiarte en la síntesis de tus descubrimientos. Arte es augurios, presagios de tristezas venideras.
Es adelantarte a ti mismo, observarte, atraparte, obsequiarte, amarte.
Arte es amarrarte a tus cimas, alcanzarte en tus amerizajes, arrojarte por precipicios escarpados, derramarte en cascadas de lágrimas.
Es estirarte hasta la eternidad, curarte tus heridas, abrazarte tus miedos.
Arte es recordarte. Anhelarte.
Arte. Para inhalarte, para insuflarte, para exhalarte.
Para vomitarte.

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