martes, 8 de febrero de 2011

Misiva introvertida

Me escribió una carta que no se dejaba leer.
Sus caracteres estaban impresos con tinta tímida.
Estaba claro que las palabras no querían ser vistas.
Era una intromisión a sus conceptos.
Pero no la respeté. ¡Ay de mí!
¿Qué hago yo ahora con este castigo?
Me han jurado venganza por su involuntario desnudo.
¿Qué culpa tengo yo si hay vocablos retraídos?

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