martes, 8 de febrero de 2011

La madre patria

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.

Hay un amor que no conoce del tiempo y que la mente lógica no puede comprender ni explicar...

Hay un amor que habita escondido... y a veces, sentimos sus latidos... quizás cuando escuchamos a nuestros hermanos los cristales, tal vez cuando nos encontramos con nuestras hermanas las plantas...

Hay un amor del que la mente lógica no sabe decirnos su procedencia, hay un amor que se percibe viejo y nuevo al mismo tiempo. Un amor que es buscado sin ser conscientes de ello, un amor que cuando se vislumbra parece que estuviera allí desde siempre, sólo que disfrazado de imposible. Como si se nos hubiera olvidado que estábamos buscando a un amigo queridísimo, un amigo que habíamos olvidado y que luego recordamos, olvidamos y recordamos, olvidamos y recordamos...

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.

Un amor que se puede olvidar porque no hay peligro de que pueda ser olvidado. Un amor que se mantiene a pesar de ser ignorado, un amor que puede ser negado porque está repleto de eternidad. Un amor invisible que va tejiendo la vida, esa vida que parece un laberinto... Como el laberinto, las líneas de la espiral se asemejan idénticas, como una rueda recorriendo el mismo sendero interminablemente... mas esas líneas idénticas de la espiral no son el propósito, son el vehículo para alcanzarlo. El propósito es alcanzar al infinito.

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.

Hay un amor con una red de vínculos y conexiones entre todo lo que existe, una alianza etérea que sabe de todo, y en ese todo cabe ser con una apariencia de no saber nada...
Hay un amor... hay un amor... Hay un amor que susurra los tonos de los ancestros...
Un amor por un planeta mitad verde mitad azul, un planeta mosaico que alberga y acoge y guarece y hospeda a la variedad... variedad proveniente de la unidad. Un amor...

Un amor en donde el pasado se traslada al futuro para convertirse en ahora, un amor que trae canciones del pasado para ser cantadas en el presente que contiene todos los futuros. Un amor... un amor observando un cuento infinito, un cuento creador de cuentos, un cuento que desencadena una narración en espiral...

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.

Todo es lo mismo repetido para verlo distinto, lo igual se repite para poder verlo desde otro prisma. Hay un amor... hay un amor...Un amor inseparable de todo... aguardando para ser sentido... un amor que es un ancla con el que nunca vamos a la deriva... ningún marinero navega un barco que pueda naufragar...La llama de este amor jamás se extinguirá...

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.


Se sabe de un barco oculto, un barco que se adentró por una travesía marina desconocida, un barco que simuló naufragar para recorrer otras sendas marinas. Ese barco está recorriendo las profundidades de aquella travesía, pero ha perdido interés en su rumbo, porque ya se ha vuelto demasiado intenso el anhelo, demasiado acuciante el afán por compartir con otros barcos esa travesía marina inédita. Ahora el barco desea retornar a la superficie, el barco surgirá para relatar los ocultos cuentos...

La madre patria. Con amor en nuestros corazones hacia Gaia.

Hay un amor...Un amor que espera y acoge, acoge y espera... un amor que todo lo disfruta, sea lo que sea... hay un amor que contempla, cumple, obedece y ordena...Hay un amor que surge de la madre patria, surge en nuestros corazones hacia Gaia.

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