martes, 8 de febrero de 2011

El Hogar

Estamos aquí. Somos El Hogar.
¿Sabes que hay un lugar en donde, gracias a tu sueños, se vive celebrando y agradeciendo?
¿Sabes que tus huellas, hechas palabras, son el rastro, el reguero que siguen para recordar El Hogar las almas que se creen perdidas?
¿Sabes que nosotros, la Familia, lloramos de felicidad y os honramos profundamente por haber contenido tanta luz en un receptáculo tan limitado, denso y lóbrego?
Y es que no te imaginas. Daríamos enteras nuestras vidas por mostrarte, por insuflarte una ínfima muestra de lo que te decimos. Mas el momento llegará, como llegó aquel momento en el que te vimos entrar, por primera vez, en el mundo verdiazul, y con lágrimas en nuestros ojos te dijimos adiós, te susurramos con el corazón roto, hasta pronto. Porque tú quisiste sondear lo insondable, porque tú ansiaste conocer lo incognoscible. Todo en beneficio del planeta Gaia. Los guardianes de sueños sois así.

Nunca se está muy lejos del Hogar, a tiro de un pensamiento está siempre la Morada.
Los guardianes de sueños vinieron a soñar la fantasía para recrear El Hogar, vinieron a recordar su origen, vinieron a mostrar cómo cada uno es guardián de su propia senda. Y para hacer todo eso los guardianes de sueños no pueden evitar añorar la Familia, añorar su senda.

¿Recordarás que no se deja de habitar El Hogar?, ¿que El Hogar no es un lugar concreto, sino una vibración en la que resuenan todas las almas? ¿Recordarás que nunca se acalla?, ¿que puede ser invocada, sentida, cantada?
La vibración del Hogar se lleva en la garganta, en la creatividad, en la música del alma.
El Hogar no pierde a sus habitantes de vista. Os llevamos y nos lleváis siempre, continuamente, en la mirada. Es un brillo singular, una chispa burlona que desprenden los ojos que nos buscamos con la añoranza.

Los guardianes de sueños se adentran por parajes tenebrosos, se pierden en innumerables laberintos mágicos y no se extravían nunca. ¡Son tan bellos los guardianes que sueñan los sueños que guardan! ¡Son tan eficaces y certeros haciendo realidad lo inimaginable!

Mira, ¿los ves? Son astros que una vez se perdieron por un laberinto espacial inmenso y dejaron de brillar. Pero ahora resplandecen, ¿sabes por qué? Es porque tú y millones como tú acordaron adentrarse por ese laberinto para sembrar caminos, para labrar sendas que sirvan de salida, de desembocadura a otras sendas. Esos astros que ahora vislumbras radiantes relucen gracias a tu desinteresada zambullida en el confuso y narcotizante laberinto, maraña de marañas, avispero caótico, maleza entre maleza.

Porque tú eres un guardián de sueños, un centinela de maravillas, faro entre la niebla. Tú eres un inspirador de inspiraciones, una vela que nunca se apaga, encendida siempre por el fuego de la Unidad. Eres un soñador de realidades que nunca se cansa de presagiar.
El trazo que trazas, que pintas y que tú vives torcido, tortuoso, escabroso, es el lienzo que utilizan otros para descubrirse, para contemplarse, para sentirse.

Tú eres un guardián de sueños, ¿sabrás susurrárselo a tu miedo?

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