viernes, 23 de noviembre de 2012

Soñando de pie






El ser está castrado. Mutilado.
Pero me gané esta vida mucho antes de que inventarais el tiempo.
Si me persigo los nudos es para liberarlos.
Si oscilo y me balanceo, lo hago para equilibrarme.
No es tan difícil comprender.

En pie para vivir, no para simular que existo.
No me alimentará la esclavitud.
Hace eones ya que no se me conjuga el verbo fingir.

En pie de paz, voló la jaula y se escapó la lucha.
Esta vida fue ganada con el viejo dolor de mi mente.
Ahora soy con sólo estar. Estar: soñar de pie.

Queda lejos de mí, a mucha distancia ya, lo cercano y lo alcanzable.
¿Cómo podría si no reunir las palabras para decir soy una antena y soy un ancla?
¿Cómo podría si no estar sosteniendo la antorcha sin quemarme las entrañas?

No huyo de la locura que se enreda en mis sueños.
Si algún verso me latió fue por la locura que le puse.
Esos latidos bombean mi razón y neutralizan la lobotomía.
Fue al llenarme de silencios cuando me reconocí la voz.

No entendéis por qué sonrío ante la inmensidad del piélago.
Os lo diré: es porque morí de vacío en otros viajes antiguos,
porque torturé mi alma y despedacé mi cuerpo.
Por eso me regalé las palabras. No lo hice sólo para traducirme.
Lo hice para salvarme del abismo y de la curvilínea nada.
Si morí la vida no fue para vivir la muerte. Fue para renacerme en mí.
No es tan difícil comprender.

Vida de risa, liviana y etérea.
Porque ya enfermé de infierno y ya me castré mi ser.
Ahora, ahora, ahora es el momento.
Obedezco a la libertad.                                   
Sólo hay que ser estando.

El ser está castrado. Mutilados existimos.
Pero yo ya peleé esta vida mucho antes de nacer.
Y ahora me arrastro de pie.

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