miércoles, 8 de febrero de 2012

La vida mágica

¿Dónde no está el Espíritu? ¿Qué vida no es insuflada por Su hálito continuo?
El Todo está latente en cada parte. Sólo lo valioso es indestructible. Sólo lo esencial es inviolable.
Nada puede destruir ni separar la energía. La percepción de la división es una mentira. Todo puede ser como un paseo en la barca de la vida.
Nadie puede borrar los elementos. Lo elemental siempre sobrevive al tiempo.
¿Quién puede extinguir al espíritu del fuego? ¿Quién podría ahogar al espíritu del océano, del lago o del río? ¿Cómo podría el espíritu del aire ser prendido?
No, no hay nadie que pueda enterrar la tierra, ni nada hará desaparecer todos los granos de arena. Y, además, la mañana siempre nos espera.

¿Dónde no habita el Espíritu?

Estés donde estés, el espíritu siempre irradia desde dentro, contigo.
El fuego interior te ilumina, cascadas de instantes te bañan, el aire te insufla vuelos, la Tierra sostiene tu firmamento. ¿Para qué más? Cuanto más cerca miras, más lejos llega tu mirada. Cuanto más sueñes, más lúcido y despierto duermes.
Déjate atrapar por la magia, ábrele un portal a lo inesperado, apuéstate la vida a la risa. Así reza la inmutable nigromancia, la que no es afectada por las circunstancias.

Vive la vida mágica, si estás muy atento puedes diseñártela. Soltando la ilusión de que llevas el rumbo. Entregándole tu vida a la aventura. De todas formas, tu vida no es tu vida, cualquier día la muerte te la reclama como suya.
La vida mágica es mantener nuestra visión creativa, seguir tejiendo la confianza en el cambio evolutivo y estar dispuestos a dejarse las entrañas por el camino. Al fin y al cabo, hagamos lo que hagamos, todos las perdemos, algún día de éstos la muerte nos las pulveriza. Mientras, lo que tú quieras puede estar a la vuelta de la esquina. ¿Dónde no está el Espíritu?
Un pozo profundo, una torre de cristal, una cueva recóndita, una cabaña sobre el agua, tú eliges tu morada interior. Pero ¿dónde no está?

Aún sobrevive, latente, la arcana vida mágica, vertida desde el interior, susurrada en murmullos que acunan, arrulladores sonidos de símbolos que descifran lo indescifrable. Es verdad, en cada hálito está, latiendo, agazapada, esperando a ser invocada. Una vez reclamada nada podrá sepultarla, sólo responderá al invocador, al portador de la llama, al que sostiene el farol en la atalaya. El taumaturgo de la vida mágica se ríe de todo, porque sabe cómo materializar la risa, cómo traerla de la nada a habitar la rutina y hacer que sobreviva.

Arcana vida mágica, la cuna de los susurros, la antorcha prendida en la noche de los tiempos. No se apagará, no se extinguirá tu sabiduría. Tu voz viviente, cual semilla, la propagará el viento, que despertará a todos los que sin sueños, sin memoria, duermen el momento.

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