NIÑEZ
Ka
mantiene los ojos cerrados con firmeza. Su habitación está a
oscuras y sabe que los monstruos están alrededor de su cama,
acechándola. No tiene dudas, presiente que la observan sin descanso.
Están esperando a que abra los ojos para cazarla y convertir:
su
piel en sombras,
sus
huesos en piedras.
Murmura
para sus adentros, en rápida letanía:
nosoyestecuerpo,
nosoyestecuerpo, nosoyestecuerpo...
Nunca
abre los ojos. Lo mismo le ocurre cuando tiene que recorrer el largo
y oscuro pasillo que separa su habitación del resto de la casa.
Corre lo más deprisa que puede, asustada, musitando la letanía con
los ojos cerrados.
Pasado
un tiempo, a fuerza de repetirse la salmodia y utilizando un gran
dominio de la concentración, Ka ve transformado su cuerpo:
su
piel hecha de corteza,
sus
brazos y piernas convertidos en ramas,
de
sus dedos brotan hojas.
Y
en su corazón siente palpitar mil frutos.
Sus
ojos de sicomoro se abren en el silencio de la noche:
soycuerpodeárbol,
soycuerpodeárbol...
ADOLESCENCIA
Ka
ya no teme a los monstruos. Sabe que fueron creados por el miedo y la
ignorancia de niña. No tenían una existencia real. Sin embargo, Ka
no está a salvo de la oscuridad ni de la desorientación. En su
interior, habita una extraña. Una extraña en un laberinto. En la
entrada están la angustia y la sed, en la salida el
auto-conocimiento. Durante la noche, Ka se lamenta porque intuye que
nunca logrará salir del laberinto. Cierra los ojos, se concentra,
siente un cuerpo bajo la tierra mojada. Sus ojos de semilla se abren,
mientras los ojos de Ka se mantienen cerrados.
soysemillaentierramojada,
soysemillaentierramojada...
MADUREZ
Ka
ha logrado salir del laberinto, ya no siente a una extraña viviendo
en su interior. A pesar de que un campo de flores ha brotado en su
pecho, en medio de la noche se despierta atenazada por las
enredaderas del abismo. Teme que se marchiten las flores. Mientras
ella continúa acostada, embadurnada de miedo, fabrica un cuerpo que
nada teme. Sus ojos de siempreviva
se abren.
soycuerpodesiempreviva,
soycuerpodesiempreviva...
Cuando
llega el sol, Ka...
Presagia:
la
verdad en el fondo de la noche.
la
luz y el abismo amigados en los peces del infinito.
Reduce
todo a la mínima expresión:
está
viva. (Realidad manifiesta).
palpita
fieramente la bella ficción de la vida.
no
existe más que la Gran Quietud.
Formula
una ecuación sobre sus cuerpos imaginados:
C
(sicomoro) + C (semilla) + C (siempreviva) = > oscuridad
Se
pregunta:
¿podría
ser otro cuerpo el que imagina que vive en ella tal y como ella
imagina que habita en árbol/semilla/ siempreviva?
Intenta
despejar incógnitas:
Si
Ka sueña que camina, su cuerpo sigue tumbado en su cama.
Si
sueña que canta, sus labios conjugan silencio.
Si
muere, ¿su cuerpo despierto amanece?
Si
Ka sueña que observa un paisaje, sus ojos están cerrados.
Si
tiene pesadillas y sufre de manera indecible, el horror de la
pesadilla no toca su cuerpo ni por un momento.
Si
su cuerpo dormido sueña que vive...
¿¡su cuerpo despierto se encuentra reposando en otro
lugar?!
¿¡a
salvo de cualquier pesadilla!?
Establece
cuatro principios del cuerpo dormido:
es
el yo/disfraz.
es
una burbuja biológica del cuerpo despierto.
crea
monstruos.
imagina
que está en lugares distintos de donde está.
Lo
intenta con el cuerpo despierto:
vive
detrás del yo/disfraz
sigue
dormido, pero en una ensoñación más sutil.
identidad
misteriosa.
?
?
Tres
creaciones imaginarias del yo/disfraz:
monstruos.
laberinto.
abismos.
Lo
intenta con la identidad misteriosa:
Ka
dormida.
Los
sueños de Ka dormida.
?
Saca
dos conclusiones antes de que se ponga el sol:
El
cuerpo dormido vive dentro del cuerpo despierto.
El
cuerpo despierto aguarda el alba.
O
dicho de otra manera:
Ka
dormida vive en Ka despierta.
Ka
despierta aguarda a que amanezca.
VEJEZ
Por
las venas de Ka anciana nada la paz. En su campo de flores nada se ha
marchitado, sino que ha ido expandiéndose cada día mas. Aunque está
impedida y solo puede realizar pequeños movimientos, un brillante
sol en forma de nieto enciende sus días. Pero al caer la noche, en
su habitación sin cerrojos se ve de nuevo en un pasillo oscuro. Ya
no hay monstruos, ni sed, ni abismos. Ahora hay... Hay...
...una
pena de invierno.
Por
desgracia, ya no tiene las fuerzas necesarias para concentrarse en
fabricar otro cuerpo. Llora hasta que se duerme.
A
veces Ka presiente que una pequeña luz, escondida debajo de sus
pensamientos, se enciende en el centro de la madrugada. Y, desde muy
lejos, oye una melodía familiar. Como si alguien, camuflado detrás
del velo del tiempo, estuviera tocando al piano su canción favorita.
Llora hasta que de nuevo le vence el sueño.
Al
dormirse, sueña que danza alrededor del mar durante siglos. Ve
monstruos, sed, abismos, en la boca de uno de los peces del infinito.
Abre los ojos y sonríe, agradecida.
Pocos
días después, el cuerpo despierto de Ka amanece. A pesar de que su
cuerpo dormido ya no respira, en su iris se atisba un extraño
resplandor. Los ojos de Ka parecen puertas abiertas, puertas abiertas
a...
...la
luz del alba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario